Fue la primera selección en conseguir su pasaje a Rusia 2018 , incluso mucho antes que cualquier otra en la eliminatoria asiática. La absoluta iraní, dirigida por el portugués Carlos Queiroz , disputa su quinta Copa del Mundo, luego de participar en Argentina 1978, Francia 1998, Alemania 2006 y Brasil 2014.
Con un plantel que mezcla juventud y experiencia, sueña con avanzar a la siguiente fase, algo que no consiguió en ninguna de sus anteriores participaciones, y ganar en un Mundial después de Francia 1998, donde registró la que es, hasta ahora, su única victoria (2-1 ante Estados Unidos).
Portugal será su el último desafío y su boleto a octavos de final.
Irán, un conjunto trabajado y con buen manejo de balón, tiene más acierto de cara a la portería contraria, pero no demasiado gol. Además, cuenta con jugadores con experiencia europea dentro del buen momento que está viviendo el fútbol en este país.
Su jugador estrella, Sardar Azmoun (22 ), ha sido comparado con Messi, sobre todo tras anotar un gol similar al que el argentino le hizo al Bayern Munich. Pese a todas estas cualidades, las grandes marcas deportivas como Adidas y Nike le han dado la espalda.
Los jugadores han comprado sus propias camisetas. Nike les vetó el uso de sus chimpunes. Esta negativa llegó apenas dos semanas antes del Mundial, algo que indignó al seleccionador. Queiroz acusó a la empresa estadounidense de mezclar el deporte con la política (debido a los ataques de EE.UU a Irán), y hasta lo calificó de ‘crimen contra el fútbol’.
Adidas también les ha sido esquiva. La empresa no diseñó sus camisetas; sin embargo, tras semanas de presión mediática, a mediados de abril le permitió comprar las camisetas con un descuento del 70% y que el diseño del guepardo iraní, símbolo de la selección, tampoco aparecería en ellas.
La política y el fútbol siempre chocan.