Para el capitán nigeriano, la mano del defensor argentino debió ser sancionada. Çakir, el árbitro, lo revisó con el VAR, pero no lo dio.
Argentina le ganó 2-1 a Nigeria sobre la hora, con Marcos Rojo como héroe inesperado y sufriendo más que en cualquier otra Copa del Mundo. Merecido o no, la Albiceleste está en octavos de final y los africanos, que estuvieron a pocos minutos de eliminar a Messi y compañía, se quedaron con la sangre en el ojo.
El que recogió el guante fue John Obi Mikel, capitán y figura del equipo de Gernot Rohr, quien disparó directamente contra Cüneyt Çakir, árbitro del encuentro, por el penal tras una mano de Rojo que no sancionó.
“Fue muy clara”, aseguró el jugador del Tianjin Teda, que, además, la comparó con la jugada del encuentro entre Portugal e Irán: “Si ven esa infracción, esto ni siquiera se le compara. Ésta fue peor. Lo vimos de nuevo en el vestuario y nos queda claro que quiso jugar la pelota con la mano”.
Çakir pidió la revisión del VAR, pero decidió darle continuidad al juego. Antes, había cobrado un penal por un agarrón de Mascherano en un tiro de esquina.