* A través de esa curiosa anécdota TAYRONA SPORTS recuerda al entonces futbolista samario, que hizo historia en el América, sin embargo, hoy vive momentos de tristeza en una cárcel de Italia.
REDACCIÓN
A pocas horas de efectuarse el clásico vallecaucano entre América y Deportivo Cali es valedero hacer memoria sobre una de las múltiples historias o anécdotas que a través de los años han hecho carrera en el rentado profesional colombiano.
Ocurrió en 1983, un año ejemplar para el conjunto escarlata bajo la batuta de Gabriel Ochoa Uribe (QEPD), así mismo el tesón del conjunto verdolaga por adueñarse de esa hegemonía futbolística.
Un 13 de marzo se disputó el primer Clásico Vallecaucano del año y todo finalizó empatado a un gol. Pedro Antonio Zape le atajó un penal a Humberto Sierra, pero la noticia sería otra. En esa época era común que los futbolistas usaran joyas sin que fuera prohibido, ese día Anthony de Ávila llevaba una cadena y se le perdió de una manera extraña.
Según versiones del atacante samario, la cadena no solo se la arrancó Javier Solarte sino que se la tragó, algo totalmente insólito. El lateral verdiblanco era reconocido por su juego fuerte e incluso años más tarde el propio De Ávila lo reconoció como uno de los rivales a los que más recuerda por su rudeza en marca. Para muchos no sería raro que Solarte hubiera hecho eso para provocar al atacante.
El joven Anthony de Ávila, que hasta ahora despuntaba en el fútbol profesional, no encontró la cadena y se fue en medio de protestas al vestuario. Sin lugar a dudas un episodio que movió prensa, sin embargo, la gran recompensa para el entonces habilidoso jugador magdalenense fue que ese año América se alzó de nuevo con el título, mientras que Cali solo le alcanzó para ser séptimo en el torneo.
A través de esa curiosa anécdota TAYRONA SPORTS recuerda al entonces futbolista samario, que hizo historia en el América, sin embargo, hoy vive momentos de tristeza en una cárcel de Italia.
