Por
Jhon
Fontalvo
Zabaraín
Que la afición costeña, y en especial la barranquillera merece un Junior mejor conformado, eso sí saltó a la vista tras haber perdido la final ante el Deportivo Independiente Medellín.
Al margen de la ausencia del paraguayo Roberto Ovelar y del defensor Jorge Arias, el equipo ‘tiburón’ necesitaba de otros condimentos que sin duda le dieran mayor peso a su estructura.
Al ‘Profe’ Mendoza se le agradece su talante para dirigir y hasta la obtención de la Copa Colombia 2015, pero indudablemente se le fue la ‘liebre’ al momento de inyectarle unos jugadores que nivelaran el gran esfuerzo que normalmente hacían los once que durante todo el torneo se entregaron hasta el límite de quedar ‘reventados’ físicamente.
Y es que no es mentira que por momentos los ‘Tiburones’ hicieron pensar que tenían oxígeno solo para 45 minutos. La exigencia durante todo el semestre, operando con la misma plantilla, y con pocos recambios, tarde que temprano le ‘cobró factura’.
Un Vladimir Hernández que se sacrificó, respetando la ideología táctica de Mendoza, arrancando desde atrás y disminuyendo esa condición de encarador, que en su momento lo encumbró como un delantero peligroso y digno de admirar.
Como si fuera poco la relevancia que se le dio a un Edison Toloza que no paró de desentonar con un fútbol veloz, pero poco dúctil a la hora de definir. Sus números hablan por sí solos, 2 goles en 1.335 minutos jugados, cifra paupérrima para un delantero.
Es inobjetable el valor que tuvo haberle ‘aguado la fiesta’ a Millonarios y al Atlético Nacional en su propia casa, ante ese registro, muchos, incluso quien escribe pensó que el camino hacia la octava estrella estaba expedito, sin embargo esas falencias que estaban allí, y que en su momento las ‘maquilló’ el furor de anteriores victorias, fueron ‘desnudadas’ por un DIM, que apegado al carácter de su técnico logró contrarrestar el desespero que Junior mostró cuando las manecillas del reloj giraban rápidamente, una clara señal que se iba el ansiado título.
Valdría la pena desde mi humilde opinión, ejercer un control de calidad a la hora de contratar. Un equipo protagonista en Colombia, que se da el lujo de tener a una hinchada fiel y que en demasía se apodera del estadio ‘Roberto Meléndez’, no merece ver como de siete delanteros que tiene Junior en su nómina (Yessy Mena, Roberto Ovelar, Edison Toloza, Jesús Rodríguez, Yorleis Mena, John Vázquez y Léiner Escalante), sólo le sirve uno, y lo que es peor, su entrenador termina subiendo a los ‘volantes’ Jorge Aguirre y al mismo Vladimir Hernández, debido a que mira al banco y los que están no le llenan, algo sencillamente triste.
Ojalá la visión y el requerimiento de los fanáticos, y de algunos periodistas de criterio conmuevan no sólo el corazón, sino el bolsillo de los máximos accionistas, para acceder a por lo menos cuatro refuerzos de calidad, que dé para pensar que la escuadra rojiblanca puede suplir el ‘guayabo’ de lo ocurrido el pasado domingo en Medellín, por un título de la Copa Sudamericana.
Que importante sería que la institución barranquillera cuente con un Mánager Deportivo de calidad, que posea personalidad para darle ideas novedosas a Alexis y que en los momentos de apremio pueda ayudarle a resolver.
Que cuando se presenten eventos de relevancia como la Copa América entre otros, justifique su contrato con una veeduría para captar jugadores de otras plazas, diferentes a las que recomienda Julio Comesaña o su hijo, que no son más que profesionales desgastados por otros equipos y en vía del retiro, o lo que es peor desacreditado por otras aficiones.
Sí resulta costoso el acceder a esa figura notable en el fútbol, no hay otra que quedarse con un solo Asistente, que a mi juicio debiera ser Víctor Pacheco, quien goza de la admiración y el respeto de ‘propios y extraños’.
Por último, se hace inminente el ejercer una supervisión a las divisiones inferiores en Junior. Sería importante conocer: ¿qué códigos se emplean para la escogencia de jugadores? o ¿será que se agotaron ‘los Teófilo’ y ‘los Bacca’?. Resulta inaudito pensar que el presente de tan importante cantera, está ligada a las condiciones técnicas que muestran jugadores como: Léiner Escalante y John Vázquez, porque sí es así, apagué y vámonos.
Se viene un nuevo torneo y de seguro ese simpatizante currambero y en general costeño seguirá respaldando la causa rojiblanca, ojalá el respetable profesor Mendoza no le dé pena pedirle a los directivos, jugadores de mayor envergadura, que no sólo agiten el estadio con su técnica, sino lo ayuden a acreditarse como un entrenador histórico en la tierra que orgullosamente lo vio nacer.
