Será la primera vez que se enfrenten en un Mundial, pero el choque entre Dinamarca y Australia promete emoción en el Grupo C: un triunfo de los europeos los dejará con un pie en octavos y supondrá la virtual eliminación de los Socceroos.
Los daneses, tras imponerse en el debut contra Perú (1-0), afrontan el duelo con la moral por las nubes y con la confianza de contar con el arquero Kasper Schmeichel, hijo del mítico guardameta del Manchester United que llevó a Dinamarca a su único título (Eurocopa-1992) y que fue uno de los más destacados en su puesto en la primera jornada mundialista.
A falta de conseguir títulos como su progenitor, Kasper ya ha superado el récord de su padre como portero danés que más tiempo ha estado imbatido, al sumar contra los peruanos 534 minutos (por los 470 de Peter).
“Ya nada me sorprende de él. Ha llevado su propia carrera muy bien”, dijo Peter en la televisión danesa, donde es comentarista, sobre el actual portero del Leicester City.
La única mala noticia en la delegación nórdica fue la confirmación de la fractura de dos costillas y la perforación de un pulmón que sufrió William Kvist en un choque con Jefferson Farfán y que le ha obligado a regresar a su país, diciendo adiós a Rusia-2018.
“Tenemos que tener la misma disciplina que contra Francia, mejorando algunos detalles”, reclamó en conferencia de prensa el seleccionador de Australia Bert van Marwijk, quien destacó también que Perú tuvo muchas ocasiones de gol contra los daneses.
Los Socceroos confían en su dispositivo defensivo para parar a la estrella danesa Christian Eriksen, aunque su capitán Mile Jedinak ha advertido que Dinamarca no es sólo el astro del Tottenham.
