Una herida abierta durante cuatro años. Es demasiado. Después de la goleada de 7-1 que le propinó Alemania en las semifinales de Brasil 2014, la Verdeamarela espera iniciar el proceso de sanación este domingo, cuando se mida a Suiza en la Arena Rostov, en el primer partido del Grupo E.
El técnico Tite parece haber encontrado la cura contra el trauma del Mineirao: Volver a los fundamentos. Y para los pentacampeones mundiales no hay nada más fundamental que el Jogo Bonito, el peculiar estilo ofensivo que estuvo ausente hace 4 años durante su escandalosa eliminación y que volvió justo a tiempo junto con Neymar, el astro del Paris Saint-Germain que logró recuperarse tras sufrir una lesión en el pie en febrero pasado.
El regreso del jugador más caro del mundo es, sin duda, un aliciente en el intento de Brasil por recuperar el brillo mundialista que Alemania le borró durante 90 trágicos minutos en su propia casa. Pero si Neymar y el resto de la selección brasileña se encuentran en posición de redimirse es, en buena parte, gracias a Tite.
En busca aparecer en los cuartos de final de un Mundial, algo que no ha conseguido en 64 años, el conjunto suizo espera con ansias el encuentro ante Brasil, al que no se mide en una Copa del Mundo desde el empate 2-2 en 1950.
La fortaleza de Suiza radica en el orden táctico y la versatilidad que le infunde Vladimir Petkovic al medio campo. La mejor evidencia son los 14 jugadores distintos que marcaron los 23 goles en la etapa eliminatoria. Eso, y las dos victorias en sus últimos tres enfrentamientos con Brasil, le inyectan toda la confianza necesaria antes del encuentro del domingo.