Chris Froome no ganará el Tour de Francia 2018 salvo sorpresa en las cuatro etapas que quedan. El ciclista británico, dominador de la carrera desde que la ganó por primera vez en 2013, se hundió en los últimos kilómetros de la subida al Col du Portet, final de la etapa de este miércoles.
Froome llegó a 1:35 minutos del vencedor, Nairo Quintana, y a 48 segundos de su compañero de equipo y líder de la clasificación general, Geraint Thomas, que volvió a demostrar que es el más fuerte entre los favoritos y acaricia su primer triunfo en una gran vuelta.
Es difícil saber con certeza si Froome va mal. Su rostro casi siempre es el mismo. Y ha demostrado en incontables ocasiones que esos metros que pierde cuando un rival ataca los recupera con facilidad. Pero en el tramo final del Portet, por primera vez en mucho tiempo en el Tour, sí que estaba en problemas. Primero perdió unos metros que Egan Bernal se encargó recortar poniéndose al frente del grupo y frenándolo. Pero más adelante ya no hubo manera de que el británico siguiera la rueda de Thomas, Tom Dumoulin y Primoz Roglic.
En ese momento, con Thomas por delante y Froome sufriendo para seguir la rueda de Bernal y Landa, se produjo de manera definitiva el relevo en la capitanía del Sky. Thomas se encontró con una situación ventajosa tras el primer día, con la caída que le hizo perder tiempo a Froome. Con el paso de las jornadas se ha ganado esa posición demostrando estar más fuerte que todos sus rivales, incluido Froome.
Ganó dos etapas en los Alpes y consolidó una diferencia con su compañero de equipo por encima del minuto y medio. A la salida del Portet, donde entró tercero por detrás de Quintana y Martin tras dejar atrás a Dumoulin en los últimos metros, la distancia ya es de 2:31 minutos’. El capo ahora es Thomas, aunque tampoco hay que verlo como el final de una época en el Sky: el galés es solo un año más joven que Froome (y el puesto de líder a medio plazo está reservado para Bernal).