La etapa en línea más corta en algo más de 30 años en el Tour de Francia, tendrá este miércoles un sobresaliente nivel de exigencia con la ascensión consecutiva de tres colosos de los Pirineos.
El segundo día por carreteras pirenaicas del pelotón de la carrera gala ha levantado tantas críticas como alabanzas y es especialmente temido por adentrarse en un terreno completamente desconocido para todos.
Este corto pero intenso viaje de la decimoséptima etapa llevará al pelotón desde por 65 kilómetros de recorrido y la ascensión de los 2 primeros puertos de primera categoría y el tercero y último de categoría especial.
El pelotón pasara por Bagneres de Luchon hasta el Col du Portet.
El nivel de esfuerzo será máximo desde el inicio para los ciclistas durante las alrededor de dos horas y cuatro que está previsto que dure la etapa.
De hecho, se ha incluido una novedosa salida con los ciclistas agrupados de veinte en veinte en función de la clasificación general y unos kilómetros previos de salida neutralizada. Los veinte primeros clasificados se alinearán en forma de parrilla de salida, al estilo de las pruebas de circuito del mundo del motor.
Otra novedad que incluye esta decimoséptima etapa es que para calcular el tiempo máximo que pueden perder los ciclistas para no entrar fuera de control se equipara con un contrarreloj y será del 25 por ciento.