El partido culminó con Serena Williams sonriente en la red. Su peor tiro de la tarde fue el último y, tras una inusual derrota en primera ronda, no tuvo otro remedio que reírse.
Aún sin encontrar su mejor nivel en su regreso tras su embarazo, Williams no pudo sortear un duro primer obstáculo en el Abierto de Miami al sucumbir el miércoles ante Naomi Osaka por 6-3, 6-2.
En el último punto, Williams cargó con toda su fuerza para pegarle a una pelota fácil, pero la depositó muy lejos de la línea de fondo y respondió esbozando una sonrisa que reflejó vergüenza.
Tampoco que ser madre ha hecho que Williams se tome apaciblemente una derrota. Se marchó sin hablar con la prensa.
Osaka, quien el domingo conquistó el primer título de su carrera en Indian Wells, no se relajó y abrumó a Williams, demasiado imprecisa. Superior con su saque, Osaka también agobió a Williams en los peloteos largos, haciendo que la campeona de 23 torneos de Grand Slam corriera de un lado a otro hasta agotarla.
La japonesa de 20 años contó que estaba nerviosa al inicio de su primer partido contra la jugadora que idolatró desde niña. Osaka mencionó que su objetivo era evitar que Williams le derrotase 6-0, 6-0.
“Ella es la razón principal que empecé a jugar tenis”, dijo Osaka. “Lo único que quería tras el partido era que me conociera”.
Misión cumplida. ¿Qué le dijo Williams al chocar las manos en la red?
“Me dijo, ‘bien hecho’ y algunas cosas”, indicó Osaka. “Estaba estupefacta pero estoy segura que dijo ’bien hecho”.
El duelo propio de una final se produjo debido a que las dos jugadoras no estaban preclasificadas. Osaka inició la semana en el puesto número 22 del ranking, el más alto de su carrera. Williams aparece en el 491 tras alejarse del circuito por más de un año.
Otra nueva madre y ex número uno del mundo, Victoria Azarenka, dio cuenta de Catherine Bellis por 6-3, 6-0.
Williams solo había perdido a las primeras de cambio de un torneo en tan solo cuatro ocasiones, la más reciente en el Abierto de Francia de 2012. Su más reciente derrota se dio en un torneo en el que se ha proclamado campeona ocho veces y que considera como el de su casa.
El partido fue el último para Williams en Key Biscayne, al sur de su residencia en Palm Beach Gardens. El torneo se traslada el año que viene al estadio de los Dolphins de Miami de la NFL, y Williams se encargó de la apertura ceremonial el lunes.
Tras su derrota, Williams se marchó sin hablar con la prensa.
Dado a su ranking, Williams entró al cuadro principal como invitada, y se puedo apreciar que aún le falta bastante para recuperar su mejor versión. Se le notó lenta para llegar a pelotas a las esquinas y a menudo a destiempo en sus golpes. Y a duras penas logró poner en juego la mitad de sus servicios.
Osaka, quien cuenta tanto con la nacionalidad estadounidense como la japonesa y residente en Fort Lauderdale, enfrentó a la jugadora que más admira por primera vez. Pero lució sin complejos y ahora tiene marca de 14-4 este año.