* La victoria sobre los antioqueños oxigena una estructura que soportó seis fechas de tensiones, por derrotas muchas de ellas sustentadas por la mala utilización de la nómina.
REDACCIÓN
Muy a pesar de la falencia nominal que posee Unión Magdalena, no se justificaba que cayera tan bajo con seis derrotas al hilo, y eso demarcado por la sed de protagonismo de un banco técnico que utilizaba una estructura ceñida en lo defensivo, de ahí que al momento de crear consciencia y utilizar las cosas en su orden, de inmediato saltara a relucir la diferencia, en un 2-1 sobre Águilas que por lo menos suscita sosiego en la afición.
El de éste sábado fue un partido distinto, con la reiteración de una idea que se generó en las seis primeras fechas, en donde incluso hubo resultados adversos, pero se respetó la imagen del fútbol magdalenense con propuestas ordenadas y sin un desarrollo cicatero, que tanto disgusta a la prensa de criterio de la ciudad.
La utilización de jugadores en sus respectivas posiciones y con el pensamiento y la acción de ofender al rival fue sin duda una forma de respetar al futbolista del patio, que tenía insatisfacción y hasta confusión por la forma rara como el entrenador Carlos Silva planteaba los compromisos.
Esta semana llegará a las huestes samarias Claudio Rodríguez, argentino que asumirá el cargo de Asistente Técnico. Ojalá que asuma el reto con humildad, y sin creerse que tiene la varita mágica para mejorar sustancialmente la situación.
Colectivamente, la afición espera que tras lo hecho ante Águilas se potencie el rendimiento y que el triunfo no termine siendo flor de un día.
